viernes, 15 de marzo de 2013

Remeber por Akitina


Autor: Akitina
Fic: Remember 
Categoria: hetero
Género: romance
Rating: T
Pairing: Tom/OC
Advertencias: AU
Capítulos: 21
Finalizado: No
Resumen: ---


Tom: Y... Creo que esta era la ultima caja
Tom la buscó con la mirada. Al no encontrarla en el pasillo, su corazon dió un vuelco y salió disparado hacia el salon. Ella estaba tumbada en el sofá, mirando al techo. Él suspiró aliviado y la contempló un momento.
A sus ojos, seguia pareciendole una cria. Eso si, una cria con una pedazo de barriga enorme. Si las cuentas no le fallaban, llevaba ya siete meses y aunque el feto hubiera avanzado bastante, él sabia que su mente seguia atrapada en aquel horroroso dia.
Su mirada perdidaa en el infinito, le habia hecho perder los nervios mas de una vez, y se habia prometido controlarse, ya que segun los médicos, su estado era bastante frágil.
Tom:  ¿Tienes hambre...? - Por un momento se sintió como si le hablara a una piedra.- Voy ha preparar algo, si necesitas algo, avisa.
Esperó la respuesta durante unos segundos, pero se dió por vencido y se dirigió a la cocina, dispuesto a descongelar algun salteado de patatas o asi.
Tom odiaba el silencio. Pero desde aquel dia, tuvo que acostumbrarse a no dejarla sola, y con ello, a no tener conversacion durante horas. En todo este tiempo, habia aprendido a valorar muchas cosas, que hasta entonces, para él, habian pasado desapercibidas. Como la simple compañia de una persona o el ser responsable de alguien... De varios [i]alguien[/i], mejor dicho. No se podia creer que aquella conversacion con los padres de la chica, desembocara en la conclusion de responsabilizar a Tom de una joven aparentemente lobotomizada.
Para su alivio, ella simplemente estaba permanentemente atrapada en aquel dia. Como si su mente no le permitiera escapar de aquellos momentos de angustia y dolor.
Tom se sentia impotente cuando por las noches la oia revolverse en la cama y de vez en cuando gimoteaba bajo las sábanas. Su mente le pedia a gritos el ir a consolarla, pero, el no obtener mas respuesta que un manotazo, un grito, o mas llantos, le hacia abtenerse. Sabia que su paciencia era limitada en esos casos.


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