miércoles, 21 de noviembre de 2012

1000 Oceans por Minasshi



Autor: Minasshi
Fic: 1000 Oceans
Categoria: slash
Género: drama
Rating: T
Pairing: Bill/Tom
Advertencias: twincest
Capítulos: 4
Finalizado: Sí
Resumen: Tom sabe perfectamente que no está bien, pero no es posible luchar contra el amor...aunque sea tu propio hermano...


Siempre creí que era fuerte. Que podría resistir todo lo que me echaran encima, que si me lo propusiera, podría con todo y aguantaría aunque el cielo estuviera cayendo encima de mí.
Si, pasara lo que me pasara, yo siempre sería fuerte pero…¿y si le pasa algo a la persona que amas?
Yo tuve que descubrirlo por el camino duro, el difícil.Caí en la cuenta de que no era el macho duro que yo creía, cuando la persona a la que más amo pasó por el momento más duro de su vida…
Nunca podré olvidar el día en el que le dijeron a Bill que tenía un quiste en la garganta que podría impedirle volver a cantar…para siempre.
Estábamos en medio de nuestra gira “1000 Oceans”, cada día en una ciudad, en un país diferente, tocando en mil escenarios distintos, pero siempre había algo que no cambiaba nunca…el calor de las fans, gritando, saltando, emocionándose con nuestras canciones y entregándose a tope. Era agotador, todas las giras lo son, pero tenemos la suerte de tener a millones de personas que nos dan energía apoyándonos.
Esa noche tocaríamos en Marsella, nos habíamos pasado la tarde atendiendo entrevistas para las cadenas francesas y estábamos lo que se dice “hasta el culo” de prensa.
Salimos del hotel a eso de las 5 de la tarde y fuimos directos al pabellón donde tocaríamos aquella noche: Enorme y grandioso era aquel sitio. Alucinante.
- Bonjour, je m’appelle Tom et je viens de la Allemagne…
- Tom, tu francés da escalofríos de lo malo que es…-Gustav se tapaba los oídos con las manos, intentando ignorar mi “grandiosa” habilidad para las lenguas.
- Anda Gustav, que sabemos que de sobra que te tapas los oídos porque te pone mi sensual voz.
Hizo como que no me oía, pero aun así consiguió lanzarme (y alcanzarme) un cojín a la cara.
- Gracias, amigo-dije devolviéndole el proyectil-Eh,Bill ¿qué te pasa?
Bill estaba sentado en el sofá, con una taza de té con limón entre las manos decoradas con anillos y manicura francesa en negro, y tenía la mirada perdida.
- Nada…¿por qué?


No hay comentarios:

Publicar un comentario