jueves, 1 de noviembre de 2012

¿Amor a primera vista? Ja por Aelilim


Autora: Aelilim
Fic: ¿Amor a primera vista? Ja.
Categoria: slash
Género: romance
Rating: T
Pairing: Georg/OC
Advertencias: ---
Capítulos: 1
Finalizado: Sí
Resumen: «… a ver si me cuentas otro chiste», bromearía Georg, añadiendo que para él el amor es un sentimiento muy fuerte y no algo que pueda darse de un instante a otro. Toma tiempo, vaya que sí.



Georg se había metido en problemas. De nuevo. No sabía con precisión qué era pero cuando la oportunidad se le presentaba para hacer que alguno de sus maestros quedase en ridículo, no podía quedarse quieto. Iba en contra de su naturaleza. Ahora había sido poner pegamento y brillantina en el asiento del profesor Keller, lo siguiente sería el reformatorio, según había dicho el director a su madre cuando la llamó para que lo recogiese por el resto del día para que «pensase en lo que estaba haciendo con su vida».
Algo bastante ridículo para decirle a un niño de doce años, podrían concordar todos.
—Hubieses visto su cara —dijo feliz cuando se subió al auto y se abrochaba el cinturón de seguridad.
La señora Listing le vio de reojo, calibrándolo y luego resopló. —Espera a que tu padre se entere de esto.
Sin replicar, Georg bajó la ventana y se hundió en su asiento, más por fingir arrepentimiento para que su mamá no estuviese a tentada a echarle un regaño. Su padre no tendría nada que decir al respecto; su consultorio, sus pacientes y sus propios hobbies consumían toda su energía y tiempo. Había sido así desde siempre y era costumbre.
—Me dejarás ir al club, ¿verdad que sí? —quiso confirmar. Su mamá puso cara pensativa y Georg la miró fijamente—. Mamáaaa —se quejó.
—No lo sé, Georgie. Sería como premiarte.
—Prometo comportarme mejor. —Su discurso era sabido, al igual que el hecho de que iría al club y su castigo sería mínimo. Era un hijo de mamá.

A Georg le gustaba el balonmano pero ese no era el motivo por el cual faltar a uno de los entrenamientos interdiarios después de clases hubiese sido más o menos catastrófico. No, el motivo tenía nombre.
Nombre y una altura superior a la suya. Cabello rubio y brillantes ojos castaños. Desde que había puesto un pie en el club, Fabrizzio, o Fabi como lo llamaba de cariño, le había hablado amigablemente. A Georg no se le había pasado que, a pesar de todo, el carácter del otro chico era mucho más introvertido, amable y observador de lo que él jamás podría ser. Quizá por eso se llevaban tan bien, ese contraste de temperamentos.
—Hubieras visto al profesor cuando se levantó de su asiento para escribir en la pizarra y su trasero estaba lleno de brillantina. Todos estallamos en risa y el pobre ni sabía de qué —relató apenas aguantando la risa.
Fabi sonrió, seguro haciéndose una imagen mental, y Georg suspiró contento. Estaban en un pequeño receso sentados en unas bancas aparte del resto; siempre era así en los recesos, no importaba si el entrenador los había puesto en diferentes equipos o si alguno de los otros niños los molestasen, algo que no sucedía muy a menudo por el buen humor de Georg y la afabilidad de Fabi.

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