viernes, 2 de noviembre de 2012

La petite mort. por Miss Lujuria


Autora: Miss Lujuria
Fic: La petite mort
Categoria: slash
Género: romance, humor
Rating: T
Pairing: Georg/Tom
Advertencias:
Capítulos: 1
Finalizado: Sí
Resumen: Innovar es difícil, en cualquier ámbito. Pero en lo referente al sexo, lo es aún más, pudiendo derivar en la transformación del deleite carnal en algo puramente mecánico, y sin más finalidad que la de aplacar una necesidad física. Tom tenía muy claro aquello. Y no vaciló en buscarle una solución a dicho problema.


Innovar es difícil, en cualquier ámbito. Pero en lo referente al sexo, lo es aún más, pudiendo derivar en la transformación del deleite carnal en algo puramente mecánico, y sin más finalidad que la de aplacar una necesidad física. Aquella era la causa principal de su estado actual. Desde hacía meses, tenía la acertada impresión de haber caído en una espiral rutinaria, la cual amenazaba con absorberle al menor descuido por su parte y por tiempo indefinido.
Adrenalina, eso era exactamente lo que buscaba: Que su corazón estallase dentro de su pecho; situarse en el límite comprendido entre el cielo y la tierra; vibrar cual mástil a merced del indómito huracán; sentir desmoronarse cada célula de su cuerpo. Definitivamente, le urgía vivir experiencias nuevas, casi tanto como llenar sus pulmones con cada inhalación.
—Olvídalo, Tom —había sentenciado su joven amante, escandalizado ante tan repentina y desequilibrada preposición—. No pienso ponerte estúpidamente en peligro. Soy demasiado joven para tener una muerte sobre mi conciencia, y el que dicha muerte pueda ser la tuya consolida aún más mi postura.
—Vamos, Georg, confina en mí: sé lo que hago —insistió el aludido, dedicándole al mayor una mirada inundada en súplica—. Ambos precisamos un cambio en lo referente a nuestra vida sexual. No perdemos nada por intentarlo, y si en algún momento perdemos el control de la situación, bastará con frenarnos a tiempo... Además y bien mirado, el factor riesgo lo hace todo más excitante, ¿no te parece?
Georg pareció sopesarlo durante unos instantes. En sus facciones podía verse claramente reflejada una rotunda negativa y, sin embargo, su voluntad se vio volatilizada rápidamente ante la mirada resplandeciente del más joven y la sonrisa instigadora curvada en sus labios. Y no tuvo más remedio que subyugarse a sus caprichos.
—No nos arrepentiremos de esto... —musitó un complacido Tom, saboreando cada letra.
Pese a que Georg se rehusaba a reconocerlo abiertamente, Tom sabía que ambos compartían un mismo anhelo por aventurarse en nuevas fronteras sexuales. Un anhelo que no demoraría en ser saciado. Ahí se encontraba él, firmemente atado al cabecero de la cama mientras aguardaba ser tocado por su expectante acompañante.


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